miércoles, 5 de enero de 2011

Capitulo 2.8

Para Irene...
Tenia una dedicatoria pendiente
y en este capitulo queda especial =)

-¿cómo que qué hago aquí?- Estaba un poco asustada, no podía haber perdido la memoria otra vez- ¿Qué pregunta es esa Jonathan?


-¿Verdad que es eso lo primero que te dije?

-Si… Eres un idiota, casi me matas del susto

-Lo siento Lai- lo dijo entre risas, algo le divertía y yo no sabía el qué- es que, por alguna razón he soñado con eso

Acabó su frase con su perfecta cara angelical, odiaba esa cara porque nunca podía negarle nada.

-No fue “por alguna razón”, fue porque estaba pensando en eso antes de que te despertaras, aunque fue la primera vez… vas con retraso?

-¿Qué?- le había extrañado la pregunta, de eso no había duda, su cara era el más fiel reflejo al sentimiento de no entender nada.

-Nada déjalo…

Me levanté y fui al baño que estaba en la habitación. No cerré la puerta, no quería perderlo de vista. Empecé a lavarme los dientes, no quería mirar el reloj, sabía que era muy pronto para mi, para cualquier ser humano, así que seguía con mi vida como si fuera una hora normal.

-Laia, sigo pensando que eres valiente y estúpida a la vez.

-¿pefdona?- vale, con el cepillo de dientes en la boca no sonaba muy bien, pero realmente me irritó esa afirmación que no venía a cuento.

-Bueno, que te sea tan fácil seguir la mañana después de todo lo que pasó ayer… asusta.

-¿te acuefdas?

-No, pero tú sí. Por cierto Laia ¿Sabes qué hora es? Son las…

-¡¡NO ME DIGAS LA HORA!!-por decir eso y salvar mi mañana… escupí todo el espejo y parte del lavabo- mierda…

Jonathan empezó a reírse, por mucho que me gustara su risa podría haberme evitado la molestia, sabía lo poco que me gustaba levantarme pronto, si encima me lo restregaba…

-No es divertido…

-Eso es porque no te has visto.

Cogí una bayeta y me puse a limpiar, cuando terminé y miré por el agujero de la puerta Jonathan ya no estaba. Realmente odiaba su capacidad de desaparición. Bajé las escaleras y ahí estaba. Realmente me encantó ver esa escena. Jonathan estaba haciendo el desayuno. Era una escena tan normal, tan tranquila, como si nada hubiera perturbado mi vida nunca.

-Jonathan- se dio la vuelta esperando que prosiga- eres lo mejor que tengo.


-No exageres- se dio la vuelta pero pude ver cómo se avergonzaba.

-No lo hago, de verdad… Oye Jonathan, ¿Has estado alguna vez en Barcelona?

-Ahora, ¿por?

-¿Quieres que salgamos en plan guiris?- Me senté a la mesa mientras esperaba su respuesta.

-Define guiri

-Mmm… Extranjero buenorro… no… no es una buena definición para ti… ¿Quieres o no?

-¿Suuupongo? y ¿dónde vamos?

-¡Pues al centro! Tranquilo, no hay Big ben en Barcelona

Se acercó a la mesa, dejó sus cosas del desayuno y me trajo las mías, cuando me acercó el brazo vi mi muñequera, ya ni me acordaba.

-¡Aún llevas mi muñequera!

-Y tu mi colgante

Me llevé la mano al cuello casi sin darme cuenta, ahí estaba.

-¿Lo quieres de vuelta?

-Da igual, puedes quedártelo por ahora, ¿Quieres tu muñequera?

-No… te queda mejor que a mí.

-¿Cuándo volvemos a Londres?

-Creo que William me dijo que nos quedemos un par de semanas, pero para serte sincera no me acuerdo.

Después de comer fui y me duché en el baño de arriba mientras él se duchaba en el de abajo. Salimos y cogimos el L2, lo bueno de salir a la hora de la siesta era que no había casi nadie en el tren. Bajamos en la puerta de La Sagrada Familia, por alguna razón se moría de ganas por entrar.

-Pero por dentro no es bonita Jonathan, está en obras, y si no te gustó el Big Ben… esto tampoco.

Igualmente me hizo entrar y, al contrario de lo que yo creía, le encantó. Me hizo subir hasta la torre más alta y aún doy gracias de que el ascensor estuviera abierto.

-No entiendo por qué te gusta un reloj en un edificio y esto no, igual cuando la terminen te gusta más…

-¿Cuánto crees que tardarán en terminarla? Ya llevan tropecientos años en ello, no la van a terminar antes de que muera Jonathan.

Llegamos a la Diagonal, se ve que ya no era la hora de la siesta porque la calle estaba más llena que el metro de Japón. A lo lejos la vi, no me acordaba que estaba en Barcelona, nunca pensé que podría encontrarme con una… amiga.

-Jonathan, rápido, ¿En qué idioma estamos hablando?

-¿español?

-Bien…

Catherine se acercó tan rápido que en darme la vuelta para mirarla ya estaba a mi lado.

-¡¡Laia!! No sé nada de ti desde… hace mucho ¿Qué tal estás? Pensé que estabas estudiando en Oxford o algo así.

Nos abrazamos cómo si hiciera doscientos años que no nos veíamos, realmente no nos veíamos desde el accidente de mis padres. Yo estaba segura de que el señor Stewart me había borrado de la mente de todos mis amigos.

-¡Jo Cat cuanto tiempo…! Pues… he estado en Londres, pero no estudiando- realmente me alegraba de verla.

-¿Dónde ibais?

Miré a Jonathan que me entendió sin que tuviera que decirle nada. Con una mirada me dejó claro que no le importaba que se uniera. Acabamos sentados en un banco del primer parque que encontramos.

-Bueno Cat, cuéntame que me he perdido

- Pues Melanie esta en California con su padre, jamás imaginarias quien es y Mpi se ha ido a estudiar a su pueblo.

-Chicas- Jonathan hacia acto de presencia- voy a comprarme un helado o algo, ahora vengo

Nada más irse Catherine hizo la pregunta que cualquier persona normal y con buen gusto hubiera hecho.

-Laia, ¿De dónde has sacado a ese muchacho? Por cierto, ¿Sabe que estamos en invierno no? No va a conseguir helados tan fácilmente

-¿Jonathan? – No pude contenerme la risa, ¿cómo decirle de donde lo había sacado?- de… Londres y no dudes que conseguirá el helado sin esfuerzo.

-¿No tendrá un hermano no?

-Pues sí… pero no sé… ¿Te acuerdas de Dani?

-No me digas eso

Perdimos la tarde hablando, necesitaba desde hacía mucho hablar con alguien como una persona normal, nada de salvar al mundo, ni leer pensamientos, ni chips, ni dobles personalidades, simplemente normal.

Ya volviendo a casa Jonathan preguntó lo que me rondaba por la cabeza.

-¿No se suponía que tus amigos se habían olvidado de ti?

-Creo que sí… ¿crees que es malo que se acuerde de mí?

-Esperemos que no…