jueves, 3 de junio de 2010

capitulo 4

-Eso es lo que te estoy preguntando. Yo qué sé qué haces aquí. Laia ¿no crees que si tuvieras que saberlo lo sabrías?


Venga hombre, ni el gusano de Alicia mareaba tanto. ¿De dónde había salido?

-Bueno, vale… entonces, ¿por qué tengo que venir a verte si no puedo saber que hago aquí?

-Nadie dijo que tengas que descubrirlo tu sola.

En la media hora restante hablamos de mi familia, amigos, qué hacía en Barcelona… Llegué a preguntarle si estaba loca, “cada uno tiene su forma de ver la locura, ¿cómo la ves tú?”. No me dio tiempo a responder, vinieron a buscarme. Supongo que pensaban que si me dejaban sola huiría o algo.

Al llegar a mi habitación Jonathan ya estaba allí.

-Entonces, ¿estás loca Laia?

- cada uno tiene su forma de ver la locura, ¿cómo la ves tú?

Parafrasear a un psicólogo sonaba raro en mí, pero tampoco sabía que responderle, no sabía si estaba loca.

-Lo siento, sí que lo estás.

Me senté en mi cama. La comida ya estaba allí.

-Pero… no me has dicho que es para ti la locura.

-Es verdad.

-¿Me lo vas a decir?

-no quieres que te lo diga. Crees que serás más feliz si no sabes lo que pienso.

-¿Podrías dejar de leerme la mente?

-no puedo evitarlo, erres un libro abierto.

¡Sabía que sabía lo que pensaba! Me quedé callada un buen rato, podía disimular porque estaba comiendo. ¿Cómo cuestionar lo que me pasaba por la cabeza? Quizá fuera mejor dejarle contestar sin abrir la boca, pero no podía…

-¿Solo me la lees a mi? Porque me podrías haber evitado mucha saliva y muchísimos ridículos…

-No suena igual, suenas mas… no sé explicarlo, no suenas bien. Además, no sería tan divertido si no hicieras el ridículo ¿no crees?

Tenía muchísimas preguntas, millones, por hacerle, pero no se las iba a preguntar, me bastaba con un ridículo al día. ¿No podía leer mi mente? ¿Cuándo la podía leer? ¿Sabía siempre lo que pensaba? Cada vez me gustaba menos su “capacidad”.

-No puedo Laia. Solo puedo si me dejas. Eres más fácil cuando te haces muchas preguntas. Te centras tanto en buscar la respuesta que te olvidas de cerrar la mente.


Si bien el día era cada vez más raro, solo iba por la mitad pero, ¿Qué más podía pasar?

Nada más terminar de comer Jonathan encendió la tele, ese sonido… Era un efecto hipnotizante.. se me cerraban los ojos… “lo siento Jonathan, costumbre española”. Creo que fue lo último que dije antes de dormirme del todo.

Al despertar ya era de noche, era horrible lo pronto que se hacía de noche en Londres. Era de noche y, para variar, llovía.

Mi reflejo estaba en la ventana otra vez, ¿Y Jonathan? Me di la vuelta y ahí estaba, ¿Por qué no estaba su reflejo?

-Lo habré perdido…

-¿Estabas despierto?

- No, me has despertado tú con tanto pensamiento. No sé qué le pasa a mi reflejo Laia. No se mi nombre me voy a preocupar por mi reflejo. Minucias.

A mí me preocupaba extrañamente demasiado. Se lo preguntaría a Mr. Chalecodelana.

-¿Jonathan? ¿Tú no tienes que hablar con Mr. Chalecodelana? Igual el te ayuda a recuperar la memoria, eso sí, para mí ya eres Jonathan, como recuerdes tu nombre no te voy a llamar de otra forma.

-Es verdad… Pues no sé, igual si, ¿Y no tiene nombre Mr. Chalecodelana?

-Pues…- no tenía ni idea de su nombre- eh…- ¿Por qué no se lo habré preguntado?- ni idea.

-Luego te extrañas cuando te pregunto qué haces aquí antes de quien soy. Le habrás contado tu vida sin saber quién es.

- No compares baby, no compares.

2 comentarios:

  1. JAJAJA como te empeñas en liarme!! cada nuevo capítulo me añades mas cosas y no se unirlas mola lo de "cada uno tiene su forma de ver la locura" y ahora Jonathan puede leer la mente?! a new edward cullen? o.O por cierto "lo siento Jonathan, costumbre española" eso es supermio!!!! xDDDDD
    Espero que en la próxima alguien ayude a la pobre Laia a saber algo más sobre ella o Jonathan encuentre su reflejo...
    ~MArina~

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  2. el chico sin reflejo quizas sea como el hombre sin sombra, no se solo se que te perdono que no escribas otro por que estas estudiando que si no........
    Pummy

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