sábado, 28 de agosto de 2010

capitulo 14

Salí de la habitación en busca de Jonathan. Tardé casi media hora en encontrarlo, aunque igual se me hizo largo por aburrimiento. Media hora para que terminara encontrándome él.


-¡Laia! Vamos al jardín.

Sonaba mas a una orden que a una sugerencia, pero le seguí, aunque, como no, haciendo preguntas al respecto.

-¿Por qué vamos al jardín?

-Porque me gusta, además, no lo has visto aún.

-¿Cómo que no?

-no

-¿no es “el jardín” lo de la entrada?

-No-se rió, no estoy segura de porque-eso solo es la entrada. El jardín está detrás.

Al llegar me pregunté si en algún momento dejaría de sorprenderme esa casa. Supongo que si hubiera hecho sol habría pensado que estaba en California, en alguna de esas supermansiones de la gente famosa. Jardín, piscina, barbacoa y…

-¿Eso de ahí es un jacuzzi?

-En efecto

Jonathan se estaba divirtiendo de lo lindo. Era más que obvio que eso era un jacuzzi pero, aun así, necesitaba preguntarlo en voz alta.

-Oye cielo-detrás de nosotros salió Harriet-¿Por qué no cenamos fuera? No es California pero el día no está mal- al decir esto último me dejó pensando hasta que se fue, por lo tanto no tengo ni idea de lo que dijeron.

Mientras yo seguía en trance Jonathan se fue a la piscina. Le seguí, nos sentamos con los pies dentro de la piscina. Aún tenía la duda en la cabeza así que la formulé.

-Jonathan, tu madre… ¿También puede leer la mente?

-¿ha dicho algo que hayas pensado?

-Más o menos

-¿Lo dices por lo de California?

-¿Cómo lo sabes?

-Bueno… porque yo sí puedo hacerlo. No lo sé Laia, aunque sea mi madre, en el fondo, esa mujer sigue siendo un misterio para mí.

-Comprendo…

El silencio inundó la escena. Solo se oían ruidos en el interior de la casa. Ahora se acercaban unos pasos, demasiado ligeros, casi pequeños.


-Hola chicos-me encantaba su voz, tenía un sonido especial-Esto… Jonathan… Mamá dice que si puedes sacar las cosas para comer en fuera. Están bajo la escalera.

-Claro, ya voy- La niña se fue. Parecía tan frágil y tan fuerte a la vez-Lai, quédate aquí.

-Jonathan… ¿puedo acompañarte?

-¿para qué Lai?

-Es que, digamos que aún no se llegar a mi habitación, aunque me quede poco tiempo tengo que aprender a llegar a ciertos lugares de la casa. Si te acompaño, al menos, sabré llegar a algún lugar.

Se quedó pensando, y cuando ya pensaba que se iría sin mí dijo:

-Vale ven- pude ver la resignación en su cara-igual siempre puedes llamarme cuando te pierdas

-¿Cómo antes?

-¿Cómo crees que te encontré?

-¿me buscabas?

-Claro, fui a tu habitación y ya no estabas. Tenía que decirte donde estábamos.

Me levanté y le seguí. El camino no era difícil. Era, básicamente, seguir el pasillo. Bajo la escalera había una habitación más, del tamaño de mi habitación en Barcelona, es decir, normal. Allí tenían un “trastero” aunque allí había tesoros más que trastos.

-Saca otra silla que viene otra persona

Creo que terminé colgada del ventilador de techo cuando la oí. Jonathan se rio de mi un buen rato, hasta que se dio cuenta de lo que le pedían.

-¿Quién viene?

-Una persona, da igual, tu saca otra silla-La voz de Harriet no ocultaba muy bien que era una persona “no-bienvenida”

-¿Qué persona?-Jonathan empezaba a irritarse y eso no sucedía mucho.

-DA IGUAL NYKLOS! ¡NO TIENES QUE SABERLO TODO!

Nos dejó allí plantados. Jonathan estaba blanco, no parecía el. Y en mi cabeza aún sonaba “Nyklos, Nyklos, Nyklos”

No era un buen momento para preguntar por ello, lo sabía, Jonathan seguía en sus pensamientos. Cogí una silla más y volví a la piscina seguida por él. Lo único que no soportaba era no saber qué hacer o decir para ayudarle, el seguía a lo suyo y notaba que se deprimía cada vez mas. Yo podía ayudar a cualquiera, subirle el ánimo a quien me lo pidiera… pero a los que quiero… Eso siempre es más difícil.

-Jonathan…

-Laia, me he dejado allí la luz de los mosquitos… ¿puedes ir tu?

-claro…

Volví y por el camino me encontré con Gerald. Salía de una habitación con el letrero típico de “Llamar antes de entrar”. Cogí el mosquitero y le pregunté a Jonathan por ese lugar.

-Es el despacho de Harriet

-Jonathan… no te enfades por eso…

-No es eso Laia, es que…- Me miró. Pude ver en sus ojos verdes toda la angustia que sentía- es que no la conozco, te lo juro, con los demás aún, aún, pero ella es otro mundo para mi ¿Cómo puedo vivir así?

-Y, sin embargo, sigues aquí.

-Lo sé…-volvió la vista a la piscina, donde estábamos sentados, y jugueteó con los pies en el agua- Quiero conocerla, pero se cierra, además, Elisabeth es un cielo, con ella sí que tengo confianza…

Yo escuchaba cada palabra que decía, oía cada emoción que podía en cada palabra. Jonathan siempre había sido muy sincero, con sus sentimientos, con lo que le pasaba por la cabeza, siempre que no me hiciera daño…

-Jonathan, quédate con ella, habla con ella, dile lo que me has dicho a mí y seguro que se abre más, dale tiempo.

No pude evitarlo y le abracé. El se sorprendió más que yo y, para sorprenderme a mí, me abrazó también.

-¿Interrumpo algo?

Dani estaba en el marco de la puerta con esa actitud de chulito que no soportaba.

-¿Tú eres el invitado?- Jonathan volvió a perder el color

-Eso parece

¿ESO PARECE? Ahora sí que Jonathan no volvería a hablar a su madre, la había cagado pero que muy bien.

1 comentario:

  1. Jaja me ha costado acabarlo, he perdido práctica en esto de hacer varias cosas a la vez xD pero la última escena con jonathan ha sido muy bonita, me ha gustado, ahí me he detenido más y luego vuelve dani puff y bueno ese es el nombre verdadero de jonathan no? el de nyklos? suena feo, me suena a camara de fotos. Referescame la memoria, quién es Gerald?
    ~Marina~

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