lunes, 30 de agosto de 2010

capitulo 15

Para Yaiza... mi lectora secreta ^^

“Jonathan, no te pongas así, tranquilízate. Ya no puede hacer mucho ¿no? Sabes que solo te escucharé a ti”




Este pensamiento pasó por mi cabeza al menos 300 veces, no quería que Jonathan fuera el que saliera perdiendo. Estaba en su casa, tenía derecho a algo de paz.

No sé si me escuchó o no, pero pareció tranquilizarse, se tiró a la piscina y buceó un rato (demasiado largo para unos pulmones normales) mientras Dani se acercó y se sentó a mi lado.

-Al final te has ido

-¿te sorprende?

-¡Me hablas!

-¿te sorprende?-en realidad no quería hablarle, pero antes o después tendría que hacerlo.

-No y Si, no al primer “te sorprende” y si al segundo. Pero jamás pensé que acabarías aquí. En una casa llena de gente que no conoces.

-Conozco a Jonathan

-no lo conoces- iba a decir algo mas pero lo callaron

-Mira, si vienes a meter baza ya te estás pirando-La cara de Jonathan, y su tono, eran tranquilos, pero yo sabía que por dentro estaba hirviendo de rabia- He arreglado con John y me deja que Laia esté aquí.

Supongo que a partir de eso la conversación continuó como si yo no estuviera, porque el tema ya no era yo.

-¿Porque te eligió a ti?-había tanto odio como tristeza en esa pregunta- ¿que vio en ti?



-no dramatices- Jonathan tenía ese poder de ocultar emociones que hacia indescifrables sus sentimientos- no fui yo a quien eligió primero

-no soy yo el bastardo

Con esta frase terminó la conversación, pues aparecieron Harriet y Elisabeth con las hamburguesas y nos llamaron a cenar. Hubo mucha tensión en la mesa, Harriet explicó que llamó a Dani porque quería hacerme una “bienvenida”, pero nadie se atrevió a decirle lo inoportuna que era su visita.

Después de la cena, Dani se fue, Elisabeth y Harriet se fueron a sus respectivas habitaciones y Jonathan me acompañó a mi habitación.

-Laia, no quiero que vayas a ver a mi madre

-Tengo que ir, al fin y al cabo, es su casa

-Estas aquí por mí, no por ella. Soy yo el que… nada, da igual.

-No me dejes a medias, Jonathan, sabes que no me gusta.

-Lo siento Laia, pero no te lo puedo contar, me voy Lai, no vayas porfa, no sé qué te contará.

-siempre tendrás la última palabra y lo sabes.

Se fue con una sonrisa en la cara, supongo que sabía que era verdad, me levanté, no sabía porqué pero aun no tenía que ir a ver a Harriet.

Perdí el tiempo en la ventana, Londres tenía su punto (aunque volvía a llover), la lluvia mojaba la ventana, dejando una imagen perfecta del recorrido de las gotas.


Me dormí en la ventana, me desperté mucho mas tarde y me dirigí al despacho de Harriet. Estaba esperándome y con ella estaba Dani, otra vez.

-Laia, pasa cielo- Harriet sonaba rendida, como si estuviera haciendo algo que le habían obligado a hacer.

-¿Qué haces aquí?- se lo pregunté directamente a él.

-Necesitaba estar aquí.

-Laia, escúchame… mi hijo… digamos que… depende de ti.

-No te entiendo.

-Te ha dicho lo que se espera de ti, bueno, pues el padre de Dani y de Nyklos está casi seguro de que él se despertó solo para acompañarte, para guiarte, quiero pensar que no es así, que tiene vida propia pero, llevaba meses en coma hasta que lo pusimos contigo. Esa confianza que tenéis… me lleva a pensar que es verdad.



-Esa confianza…- No sé porque pero me tocó la fibra sensible- se llama amistad. No puedo creer que llevara meses en coma y que solo os preocupe yo. Es tu hijo joder, -empecé a subir la voz- y tú… quieras, que no, es tu hermano. ¡No entiendo nada! ¿Qué problema tienes?

-Laia, no te confundas, a mi no me importas nada, yo solo quiero que mi hijo esté bien y si tiene que estar a tu lado para eso solo te pido que no te vayas, porque te necesita.

-Bueno… a mi si me importas más tu Laia- Tanto Harriet como yo miramos a Dani- pero se ve que el destino no quiere que nos llevemos bien.

-¿por qué no? Antes éramos… uña y carne, inseparables, y ahora…

-No depende de mí Laia.

-Bueno ¿podemos concentrarnos?- Harriet ya no era tan simpática y dulce, estaba nerviosa.

De repente los ojos de Dani se pusieron rojos, le pegó a Harriet y la dejó inconsciente en el suelo.

-¡DANI!

Me levanté corriendo e intenté esconderme, el dijo algo que no entendí y me dejó paralizada, iba a matarme, estaba segura. Quería correr, quería gritar y solo podía pensar que se acercaba el momento antes tan deseado y ahora tan temido. “no quiero morir” ¿Qué iba a hacer? “no quiero morir, no quiero”

1 comentario:

  1. Woooo, Laia no puede morir, haber con qué me sorprendes!
    Y muy fuerte lo del bastardo, nyklos, nombre feo y encima bastardo. Y dani.. bueno no es tan mala persona como lo pintas a veces, da puñetazos sí, pero tiene fibra sensible como los cereales.
    También decirte que me he liado con lo de "te sorprende" "te sorprende" sí y también me confude hoygan!
    Bueno has cumplido, este capi ha estado genial :) espero el siguiente!
    ~Marina~

    ResponderEliminar