martes, 20 de julio de 2010

capitulo 10

Para Marina... este es para ti (L)

Tres días después de aquella pelea, Jonathan no había vuelto. Me preguntaba dónde habría ido para poder pasar allí tanto tiempo. Yo seguía enfadada con Dani por hacer que Jonathan se fuera, y no lo hacía más fácil que viniera todos los días, además, como yo no le hablaba, solo me veía ver la televisión. Se iba cuando me dormía, que volvía a ser muy seguido.


Ese día tampoco vino Dani, así que pude pensar tranquila, llegué a la conclusión de que Jonathan no iba a volver, el mismo Jonathan que casi me mata cuando me iba sin él. Y, llegada a esa conclusión, pensé que me iba a ir. Eso de dormir todo el día me ayudó a ejecutar mi plan, bueno, en cuanto al sueño.

Cuando me trajeron la comida, no la comí, decidí guardarla en las cajas de tiritas que había en el armario de la tele. Metí mi ropa en la bolsa de la papelera, como la ultima vez, me dirigí a la camilla de Jonathan y cogí el dinero que le había sobrado de cuando fuimos a Londres, no quería robarle, pero no volvería, así que…, cogí también su ropa, no sabía que haría en la calle, pero igual me convenía llevar más ropa de la que tenia.

En cuanto se llevaron la bandeja me cambié, sabía que no volverían a verme ni nada. Igual me acosté en la camilla y puse la tele, no podía salir mientras hubiera gente por allí y eso ocurriría tarde.

Cuando ya eran las 11 sonó la puerta, me di prisa y me tapé entera para que no me vieran vestida. Por ella apareció Dani.

-Siento no haber podido venir antes Laia, pero mi padre insiste en que tengo que seguir con mi vida.

Yo, en mi voto de silencio, no contesté. Él ni se inmutó, llevaba dos días haciéndolo, seguí viendo la tele y él se sentó a mi lado. El tiempo pasaba y no se iba. Sabía que se iría en cuanto me durmiera, así que me di la vuelta y fingí caer en un sueño profundo.

Cuando él, por fin, me creyó, me besó en la frente y se fue. Me pregunté si eso lo haría siempre, pero nunca sabría la respuesta.

Cuando se hicieron las cuatro de la madrugada, me puse las zapatillas y cogí la bolsa. Conocía el camino hacia la salida, por lo que, mientras no hubiera nadie, no habría problema.

Salí casi sin hacer ruido, las luces estaban todas apagadas, no veía casi nada así que se me agudizó el oído. No oía pasos. El problema llegó en la salida. Allí había alguien vigilando y me costaría librarme de él.

Asomé la cabeza para ver si dormía, a estas horas debía ser yo la única despierta. No era así, el chico estaba despierto (y digo “chico” porque no superaría los 25 años), no como en las películas, mirando la tele, no, este, además, estaba atento.

Me senté, cerré los ojos para pensar mejor, quería estar fuera, quería salir de allí, pensé en estar fuera ya, en la libertad de salir de allí, necesitaba salir de allí; un aire frio me recorrió el cuerpo, abrí los ojos… Estaba fuera, si hubiese sabido que iba a ser tan fácil…

Ya estaba fuera, empecé a andar. Quedaban dos horas para que los londinenses se pusieran en pie, así que empecé a andar. Solo pensaba en alejarme de allí, no tenía rumbo fijo.


Vi el metro y me metí en el primero que pasó, me dolía gastar el dinero desde el principio pero si quería alejarme de allí no había nada más rápido (y económico). En una hora llegó a su última parada que resultó ser el London eye. No me subí, me senté al borde del rio y desayuné. No estaba bueno, pero era algo.

-¿Me acompañas Lai?

Me asusté, aunque sabía quién era, pegué un brinco y oí su risa a mi espalda.

-¿A dónde?

-¿Confías en mi?

-confiaba en ti antes de que te fueras sin darme ninguna explicación-no quería que notara la decepción en mi voz, pero no pude evitarlo.

-supongo que tengo que contarte muchas cosas pero… No quiero que sea aquí… acompáñame, por favor-sonaba arrepentido y suplicante-además, si hubiera vuelto no estarías aquí

-o sí, pero por otras razones, quizás porque me harté de ti, o porque…

.Laia, por favor…

Me levanté despacio y me di la vuelta. Jonathan me cogió de la mano y tiró de mí. Me llevo hasta el London Eye y no hablo hasta que estuvimos a media altura, lo que se hizo eterno.

-Bueno, supongo que mejor empezar. Laia, no he recuperado la memoria, pero sé quién soy y todo eso. Es lo que pasa cuando lees la mente de la gente.

-Y ¿desde cuándo lo sabes?

-No te enfades ¿vale?- le mire con cara de pocos amigos y asentí para que siguiera- Lo sé desde que fui a ver al Dr. John.

-¿Y quién eres?

-¿Quién soy Laia?, que pregunta más filosófica

1 comentario:

  1. ¿Por qué lo acabas así? ¿eh? dime ¿por qué? ¿me odias? ¿te gusta verme sufrir? Si la respuesta es no manda un sms al 55555555 con la palabra "no" o también puedes compensarme y subir la continuación que sé que está escrita :)
    Este capi está dedicado y todo eh? Supongo que está bien que Laia ya haya salido del dichoso hospital, aunque salir de ahí ha sido demasiado facil menudos malos ¿no? Dr Jonh quería que Lai se fugase o es simplemente tonto :)
    Pd: necesitaré más de estos para olvidarme de que mi vida a partir del año que viene será una vida VULGAR, creo qeu me entiendes ;)
    ~Marina~

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